viernes, 28 de octubre de 2011

MENSAJE A LAS AUTORIDADES RELIGIOSAS DEL MUNDO





Mensajes : a las autoridades religiosas del mundo
T R A D U C C I O N
(de cortesia)
Abril de 2002
A LAS AUTORIDADES RELIGIOSAS DEL MUNDO

El legado perdurable del siglo XX ha consistido en que forzo a los

pueblos del mundo a verse como miembros de una sola raza humana, y al mundo

como la patria comun de esa misma raza. Pese a la violencia y conflictos que

aun ensombrecen el horizonte, aquellos prejuicios, que parecian consustanciales

a la naturaleza de la especie humana, hacen quiebra por todas partes. Con su

precipitacion van cayendo las barreras que por largo tiempo dividieron a la

familia del hombre convirtiendola en una Babel de identidades incoherentes de

origen cultural, etnico o nacional. El que un cambio tan fundamental haya

ocurrido en tan breve periodo--casi de la noche a la manana en la perspectiva

del tiempo historico--sugiere la magnitud de las posibilidades futuras.

Resulta tragico que la religion organizada, cuya razon misma de ser

implica el servicio a la causa de la hermandad y de la paz, se comporte con

harta frecuencia como uno de los obstaculos mas formidables interpuestos en su

camino; como tragico es, por citar un hecho particularmente penoso, el que a

menudo haya prestado credibilidad al fanatismo. En nuestra calidad de consejo

de gobierno de una de las religiones mundiales sentimos la responsabilidad de

instar a que ponderen con la debida gravedad el desafio que todo ello plantea a

las autoridades religiosas. Tanto el tema como las circunstancias que suscita

requieren que hablemos con franqueza. Confiamos en que el hecho de servir

todos a la Divinidad garantice que lo que digamos sea recibido con el mismo

espiritu de buena voluntad con que se ofrece.

El tema adquiere un perfil mas acentuado al compararlo con lo ya

conseguido en otros ambitos. En el pasado, con algunas excepciones aisladas, a

la mujer se le ha tenido por una raza inferior sobre cuya naturaleza real solo

corrian supersticiones, se le ha negado la oportunidad de expresar las

potencialidades del espiritu humano y se le ha relegado al papel de servir a

las necesidades del varon. Bien es verdad que son numerosas las sociedades

donde tales condiciones persisten y donde se porfia fanaticamente en

sostenerlas. Sin embargo, en el plano del discurso global, el concepto de

igualdad de genero ha adquirido a todos los efectos practicos la fuerza de un

principio universalmente aceptado y, como tal, disfruta de una similar

autoridad en la mayor parte de la comunidad academica y de los medios de

informacion. Tan fundamental ha sido la revision que los exponentes de la

supremacia masculina se ven obligados a buscar sus apoyos fuera de los limites

de la opinion responsable.

Los atribulados batallones del nacionalismo se enfrentan a un destino

similar. Con cada crisis que sacude a los asuntos mundiales, se hace mas facil

para la ciudadania distinguir entre el amor al propio pais--enriquecedor de la

persona--, y la claudicacion ante la retorica incendiaria cuyo fin es suscitar

odios y miedos hacia el projimo. Incluso cuando resulta indicado participar en

los ya familiares ritos nacionalistas, la respuesta del publico oscila entre

dos sentimientos enfrentados: unas veces de incomodidad y otras de

reafirmacion y predisposicion al entusiasmo tan tipicas de los viejos tiempos.

El efecto se ha visto reforzado por la reestructuracion continua del orden

internacional. Sean cuales sean las deficiencias del sistema de las Naciones

Unidas en su actual forma, y por mucho que su capacidad tropiece con

dificultades para emprender actuaciones militares colectivas contra la

agresion, nadie puede dudar el hecho de que el fetiche de la soberania nacional

absoluta se encuentra en vias de extincion.

Los prejuicios raciales y etnicos se han visto sometidos igualmente a un

tratamiento sumario en virtud de procesos historicos que poco o nada quieren

saber de estas pretensiones. En este terreno, el rechazo del pasado ha sido

especialmente decisivo. El racismo carga hoy dia con el lastre anadido de sus

vinculos con los horrores del siglo XX al punto de que ha empezado a verse en

terminos de lacra espiritual. Si bien, en tanto actitud social, sobrevive en

numerosas partes del mundo--y como plaga en la vida de un sector importante de

la humanidad--, el prejuicio racial ha llegado a ser objeto de una condena tan

universal en principio que ningun grupo se permite identificarse con el

impunemente.

No es que se le haya dado la espalda a un turbio pasado y que un mundo

risueno ocupe subitamente su lugar. Grandes sectores de la poblacion continuan

soportando los efectos de arraigados prejuicios de etnia, genero, nacion, casta

y clase. Todas las evidencias senalan que semejantes injusticias perduraran

durante el largo periodo de lenta progresion en el que las instituciones y

criterios que la humanidad esta gestando han de ir cobrando el cuerpo y la

fuerza necesarios para construir un nuevo orden de relaciones y aportar alivio

a los oprimidos. La cuestion es que hemos cruzado un umbral al que ya no cabe

ninguna posibilidad creible de retorno. Se ha identificado, articulado y

difundido ampliamente toda una serie de principios fundamentales que de modo

progresivo estan cobrando cuerpo en instituciones capaces de imponerlos en la

conducta ciudadana. No hay duda de que el efecto, por muy prolongado y

doloroso que sea el esfuerzo, sera el de revolucionar las relaciones entre

todos los pueblos en las bases mismas de la sociedad.

*

Al abrirse el siglo XX, era el prejuicio religioso el que se perfilaba

con mas probabilidades de sucumbir ante el empuje de los cambios. En el

Occidente, los avances cientificos habian asestado un rudo golpe a algunos de

los pilares centrales del exclusivismo sectario. En el contexto de la

transformacion de la imagen que la raza humana tenia de si misma, el movimiento

interreligioso constituia quiza el avance religioso mas prometedor. En 1893,

la Exposicion Mundial Colombina sorprendio incluso a sus ambiciosos

organizadores al alumbrar el afamado , exponente de un consenso espiritual y moral tal que subyugo la

imaginacion popular de todos los continentes y aun llego a eclipsar las

maravillas cientificas, tecnologicas y comerciales que celebraba la Exposicion.

En fin, parecia como si se hubiesen desmoronado antiguas murallas. Para

los pensadores influyentes en el campo de la religion, aquella reunion destaco

como un hecho . El Parlamento,

segun afirmo su principal y distinguido organizador, . Un liderazgo imaginativo--tal era la confiada

prediccion--aprovecharia la ocasion para despertar en las comunidades

religiosas de la tierra, por tanto tiempo divididas, un espiritu de hermandad

que sentaria las bases morales requeridas para el nuevo mundo de prosperidad y

progreso. Con estos animos, empezaron a arraigar y florecer los movimientos

interreligiosos de toda suerte. Una gran bibliografia, disponible en numerosos

idiomas, presento ante un publico cada vez mas amplio, compuesto tanto por

creyentes como no creyentes, las ensenanzas de todas las religiones

principales, iniciativa a la que a su debido tiempo se incorporaron la radio,

la television, el cine y finalmente el Internet. Las instituciones de estudios

superiores organizaron programas de licenciatura sobre religiones comparadas.

Al concluir el siglo, los oficios ecumenicos, impensables tan solo unas pocas

decadas atras, se convertian en fenomenos comunes.

Por desgracia, es claro que a estas iniciativas les falta coherencia

intelectual y compromiso espiritual. La idea de que todas las grandes

religiones del mundo son igualmente validas en su naturaleza y origen se ve

frenada por pautas inveteradas de pensamiento sectario, en contraste con los

procesos de unificacion que estan transformando el resto de las relaciones

sociales de la humanidad. El progreso de la integracion racial es un fenomeno

que no se reduce a una mera expresion de sentimentalismo o de calculo

estrategico, sino que brota del reconocimiento de que los pueblos de la tierra

constituyen una sola especie cuyas diversas variaciones no confieren por si

mismas ventaja alguna, ni imponen ninguna traba, a los miembros particulares de

esa raza. De modo analogo, la emancipacion de la mujer ha conseguido que tanto

las instituciones sociales como la opinion publica reconozcan que no hay base

valida--biologica, social o moral--que justifique el que a la mujer se le

deniegue la igualdad plena con el hombre, y a las ninas identicas oportunidades

educativas a las disfrutadas por los ninos. De igual forma, reconocer las

aportaciones que algunas naciones realizan a la construccion imparable de una

civilizacion global no avala la ilusion heredada de que otras naciones poco o

nada tengan que aportar al esfuerzo.

En contraste, las autoridades religiosas parecen, en su mayor parte,

incapaces de acometer tan fundamental reorientacion. Otros elementos de la

sociedad han hecho suyas las implicaciones de la unidad de la humanidad, no

solo como el proximo e inevitable paso en el avance de la civilizacion, sino

como cumplimiento de las identidades menores de toda suerte que nuestra raza

aporta en esta coyuntura critica de nuestra historia colectiva. No obstante,

la mayor parte de la religion establecida se encuentra paralizada ante el

umbral del futuro, oprimida por los mismos dogmas y pretensiones de acceso

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privilegiado a la verdad responsables de haber creado algunos de los conflictos

mas amargos que dividen a los habitantes de la tierra.

Las consecuencias, por lo que atane al bienestar de la humanidad, han

sido ruinosas. Huelga citar en detalle los horrores que asedian hoy dia a

poblaciones indefensas como consecuencia de unos brotes de fanatismo que

mancillan el nombre de la religion. Tampoco se trata de un fenomeno reciente.

Por mencionar solo uno de los numerosos ejemplos, las guerras europeas de

religion del siglo XVI segaron la vida aproximadamente de un treinta por ciento

de su poblacion. Aturde pensar siquiera en cuales deben de haber sido los

frutos producidos por las semillas que implantaron en la conciencia popular las

tenebrosas fuerzas del dogmatismo sectario que inspiro tales conflictos.

A este balance de la historia hay que agregar la traicion de la vida

intelectual que, mas que ningun otro factor, le ha hurtado a la religion la

capacidad que posee inherentemente de desempenar un papel decisivo en la

configuracion de los asuntos mundiales. Abstraidas por prioridades que

dispersan y vician las energias humanas, muy a menudo las instituciones

religiosas han sido los principales responsables de desanimar la exploracion de

la realidad y el ejercicio de las facultades intelectuales que distinguen al

genero humano. Las denuncias del materialismo o del terrorismo no son de ayuda

real para afrontar la crisis moral contemporanea a menos que comiencen por

indagar con franqueza la falta de responsabilidad que ha dejado a las masas

creyentes expuestas y vulnerables a estas influencias.

Estas reflexiones, por mas que dolorosas, no son tanto una acusacion

contra la religion organizada como un recordatorio del poder singular que

representa. La religion, como todos somos conscientes, conecta con las raices

de la motivacion de la persona. Cuando la religion ha sido fiel al espiritu y

al ejemplo de las Figuras trascendentales que dieron al mundo los grandes

sistemas de creencias, ha despertado en pueblos enteros las capacidades de

amar, de perdonar y de crear al tiempo que los ha impulsado a mostrar arrojo, a

superar los prejuicios, a sacrificarse por el bien comun y a disciplinar los

impulsos del instinto animal. Es incuestionable que la fuerza seminal en la

civilizacion del ser humano la ha aportado la sucesion de estas Manifestaciones

de lo Divino y que esta fuerza se remonta al alba de la historia.

Esta misma fuerza, que con tal efecto operaba en las epocas del pasado,

sigue siendo un rasgo inextinguible de la conciencia humana. Contra todo

pronostico, y con escasos incentivos reales, sigue dando sosten a la lucha por

la supervivencia de millones y millones de personas, y haciendo que en todos

los paises surjan heroes y santos cuyas vidas son la vindicacion mas persuasiva

de los principios contenidos en las escrituras de sus respectivos credos. Tal

como demuestra el curso de la civilizacion, la religion es capaz tambien de

influir profundamente en la estructura de las relaciones sociales. En efecto,

seria dificil pensar en ningun avance fundamental de la civilizacion que no

haya derivado su empuje moral de esta fuente perenne. Por tanto, ?es acaso

concebible que el paso a la etapa culminante del largo proceso milenario en la

organizacion del planeta
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pueda efectuarse en medio de un vacio espiritual? Si algo demostraron

concluyentemente las perversas ideologias desatadas en nuestro mundo durante el

siglo que acaba de terminar, es que esa necesidad no puede satisfacerse

mediante alternativas fruto de la invencion humana.

*

Las implicaciones de todo ello para nuestro presente quedan resumidas por

Bahá'u'lláh en palabras escritas hace mas de un siglo y ampliamente diseminadas

en los decenios ulteriores:

Es indudable que los pueblos del mundo, de cualesquiera raza o

religion, derivan su inspiracion de una sola Fuente celestial y

son los subditos de un solo Dios. La diferencia entre las

ordenanzas bajo las que viven debe ser atribuida a los requisitos

y exigencias variables de la epoca en que fueron reveladas. Todas

ellas, excepto algunas que son producto de la perversidad humana,

fueron ordenadas por Dios y son el reflejo de Su Voluntad y

Proposito. Levantaos y, armados con el poder de la fe, despedazad

los dioses de vuestras vanas imaginaciones, los sembradores de

disension entre vosotros. Aferraos a aquello que os acerque y os

una.

Tal llamamiento no exige el abandono de la fe por lo que respecta a las

verdades fundamentales de ninguno de los grandes sistemas de creencias

mundiales. Muy al contrario. La fe posee su propio imperativo y es su propia

justificacion. Lo que otros crean--o no crean--no puede arrogarse autoridad

sobre ninguna conciencia que valga. Aquello a lo que las palabras arriba

mencionadas urgen inequivocamente es a la renuncia de todos los titulos de

exclusividad o de caracter final, los cuales, precisamente por estar anclados

en la vida del espiritu, se han erigido en los maximos inductores de odios y

violencias y en los sofocadores de esos impulsos que claman por la unidad.

Es a este desafio historico al que han de responder, segun creemos, las

autoridades religiosas si es que la propia autoridad religiosa ha de desempenar

un papel significativo en la sociedad global que surge de las experiencias

transformadoras del siglo XX. Es obvio que un numero creciente de personas

empieza a comprender que la verdad que subyace a todas las religiones es en

esencia una sola. Este reconocimiento surge no mediante la resolucion de

disputas teologicas, sino como una conciencia intuitiva que brota del trato

cada vez mas intenso con los demas y de atisbos de la aceptacion de la unicidad

de la propia familia humana. En medio de la voragine de doctrinas religiosas,

ritos y codigos religiosos, herencia de mundos periclitados, crece ese concepto

de que la vida espiritual, al igual que la unidad manifiesta en la diversidad

de razas, nacionalidades y culturas, constituye una sola realidad sin limites e

igualmente accesible a todos. A fin de que esta percepcion, difusa y aun

provisional, pueda afianzarse y contribuir de modo eficaz a crear un mundo

pacifico, debe obtener el completo asentimiento de todos aquellos a quienes,

incluso en esta hora ya tardia, se remiten las masas de esta tierra en su

busqueda de orientacion.
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Ciertamente son amplias las diferencias que separan a las principales

tradiciones religiosas del mundo en cuanto a disposiciones sociales y formas de

culto. Dados los miles de anos transcurridos, durante los cuales las

revelaciones sucesivas de la Divinidad han respondido a las necesidades

cambiantes de una civilizacion en continua evolucion, dificilmente podria haber

sido otro el resultado. En efecto, un rasgo inherente de las escrituras de la

mayoria de los credos principales vendria a ser la expresion, de una u otra

forma, del caracter evolutivo de la religion. Lo que no puede justificarse

moralmente es la manipulacion de patrimonios culturales, patrimonios que aunque

estaban destinados a enriquecer la experiencia religiosa, se convierten asi en

fuente de prejuicios y alienacion. La tarea primordial del alma humana sera

siempre la de investigar la realidad, vivir de acuerdo con las verdades de las

que llegue a estar convencida y respetar al maximo los esfuerzos ajenos por

hacer otro tanto.

Quiza se objete que, si todas las grandes religiones han de reconocerse

como surgidas de una misma fuente Divina, el efecto seria el de animar, o al

menos facilitar, la conversion de las gentes desde una religion a otra. Que

sea o no asi tiene importancia puramente tangencial si se compara con la

oportunidad que la historia abre por fin a las personas, conscientes de un

mundo que trasciende a este mundo terrestre, y si se contrasta con la

responsabilidad que esta conciencia impone. Cada uno de los grandes credos

puede aducir testimonios creibles e impresionantes de su eficacia como

reforzadores del caracter moral. De modo similar, nadie podria argumentar de

modo convincente que las doctrinas vinculadas a un sistema particular de

creencias hayan sido mas o menos prolificas en generar fanatismo y supersticion

que las vinculadas a cualquier otra. En un mundo en vias de integracion, es

natural que las pautas de respuesta y relacion se sometan a un proceso continuo

de cambios y que el papel de las instituciones, sea cual sea su indole, es a

buen seguro el considerar como estos acontecimientos pueden conducirse de un

modo que promueva la unidad. La garantia de que el resultado sera en ultima

instancia sano--espiritual, moral y socialmente--reside en la inquebrantable fe

de esas masas habitantes de la tierra, a las que nadie consulta, una fe segun

la cual el universo no se gobierna por el capricho humano, sino mediante una

Providencia amorosa e indefectible.

Al mismo tiempo que va produciendose el derrumbe de las barreras que

separan a los pueblos, nuestra epoca atestigua la quiebra del muro otrora

insuperable que la tradicion daba por sentado que separaria para siempre la

vida del Cielo y la vida de la Tierra. Las escrituras de todas las religiones

le han ensenado siempre al creyente a considerar el servicio al projimo no solo

como un deber moral, sino como una via para el acercamiento de su alma hacia

Dios. Hoy dia, la reestructuracion progresiva de la sociedad aporta a esta

ensenanza ya conocida un significado con nuevas dimensiones. Conforme la

antigua promesa de un mundo animado por principios de justicia cobra lentamente

visos de meta realista, satisfacer las necesidades del alma y las de la

sociedad se vera cada vez mas como facetas reciprocas propias de una vida

espiritual madura.
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Para que las autoridades religiosas esten a la altura del reto que esta

ultima nocion representa, la respuesta debe comenzar por admitir que la

religion y la ciencia son dos sistemas indispensables de conocimiento mediante

los cuales se desarrollan las capacidades de la conciencia. Lejos de estar en

conflicto mutuo, estas modalidades fundamentales con que la mente explora la

realidad son interdependientes y se han demostrado mas fertiles en aquellos

contados pero felices periodos de la historia en que su naturaleza

complementaria fue reconocida y pudieron colaborar. Para garantizar una

aplicacion idonea, las percepciones y destrezas generadas por los avances

cientificos deberan siempre remitirse a las orientaciones surgidas del

compromiso espiritual y moral; las convicciones religiosas, no importa cuan

veneradas sean, deben someterse, de buen grado y con agradecimiento, a las

pruebas imparciales de los metodos cientificos.

Llegamos por ultimo a un tema que abordamos no sin cierta inquietud

puesto que toca mas directamente a la conciencia. Entre las numerosas

tentaciones que ofrece el mundo, no es de sorprender que figure una que ha

preocupado de forma singular a los dirigentes religiosos: el ejercicio del

poder en asuntos de creencia. Nadie que haya dedicado tiempo a meditar y

estudiar seriamente las escrituras de una u otra de las grandes religiones

necesita recordatorios del axioma consabido de que el poder corrompe, tanto mas

cuanto mayor sea. Las incomparables victorias internas que en este sentido han

ganado innumerables clerigos a lo largo de todas las epocas constituyen,

innegablemente, una de las fuentes principales que alientan el vigor creativo

de la religion organizada, y que ha de anotarse como una de sus maximas

distinciones. En el mismo grado, el hecho de que otros dirigentes religiosos

se sometiesen al senuelo del poder y provecho mundanos se ha demostrado un

fertil caldo de cultivo del cinismo, la corrupcion y la desesperacion de

cuantos lo observan. Reconocido esto, sobra explicar que grado de

responsabilidad social tienen las autoridades religiosas en este momento de la

historia.
*

Puesto que su preocupacion atane al ennoblecimiento del caracter y la

armonizacion de las relaciones, la religion ha ejercido a lo largo de la

historia la funcion de servir como autoridad ultima en dotar de sentido a la

vida. En toda epoca, ha cultivado el bien, ha reprobado el mal, proyectando,

ante la mirada de quienquiera que deseara verlo, un horizonte de

potencialidades todavia sin cumplir. Del fondo de sus consejos, el alma

racional ha extraido los brios necesarios para realizarse y para superar los

limites que le imponia el mundo. Tal como su nombre implica, la religion ha

sido simultaneamente la principal fuerza unificadora de diversos pueblos a los

que integraba en sociedades cada vez mas amplias y complejas, y en las que las

capacidades personales podian llegar a florecer y expresarse. La gran ventaja

de la epoca actual radica en la perspectiva que permite que todo el genero

humano vea este proceso civilizador como un fenomeno unico e integral: los

encuentros recurrentes de nuestro mundo con el mundo de Dios.

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Inspirada por esta perspectiva, la comunidad baha'i ha sido una promotora

vigorosa de las actividades interreligiosas desde sus comienzos. Aparte de los

entranables vinculos que estas actividades crean, los baha'is ven en el

esfuerzo de acercamiento entre las diversas religiones una respuesta a la

Voluntad Divina para con un genero humano que entra ahora en su madurez

colectiva. Los miembros de nuestra comunidad continuaran ofreciendo su

colaboracion por todas las vias a su alcance. Sin embargo, es deber para con

nuestros colaboradores en este esfuerzo comun afirmar claramente la conviccion

que abrigamos de que el discurso interreligioso, si queremos que contribuya

significativamente a sanar las heridas que afligen a una humanidad desesperada,

debe con sinceridad y sin mas evasivas abordar las implicaciones de la verdad

fundamentalisima que suscito todo este movimiento interreligioso: que Dios es

uno solo y que, mas alla de la diversidad de la expresion cultural y de la

interpretacion humana, la religion es asimismo una sola.

No pasa un solo dia sin que aumente el peligro de que las hogueras del

prejuicio religioso prendan una conflagracion mundial de consecuencias

inimaginables. Las autoridades civiles no pueden, por si solas, conjurar

semejante riesgo. Tampoco deberiamos enganarnos creyendo que los llamamientos

a la tolerancia mutua puedan extinguir por si solos animosidades que se arrogan

el refrendo Divino. La crisis exige de los dirigentes religiosos una ruptura

con el pasado tan resuelta como las que permitieron que la sociedad se zafase

de los prejuicios igualmente corrosivos de raza, genero y nacion. Toda

justificacion para ejercer influencia en asuntos de conciencia yace en el

servicio al bien de la humanidad. En este momento, el mas decisivo en la

historia de la civilizacion, las exigencias de tal servicio no pueden ser mas

claras. .

LA CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA
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Mensajes : Constitucion Casa Universal de Justicia
LA CONSTITUCIÓN DE LA CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA
(c) The Universal House of Justice 1972
Declaración de Fideicomiso

EN EL NOMBRE DE DIOS, EL UNO, EL INCOMPARABLE, EL TODOPODEROSO, EL OMNISCIENTE, EL OMNISAPIENTE.

La luz derramada desde el cielo de munificencia, y la bendición que resplandece desde el lugar del amanecer de la voluntad de Dios, el Señor del Reino de los Nombres, reposen sobre Aquél Quien es el Supremo Mediador, la Más Excelsa Pluma, Aquél Quien Dios ha hecho que sea el punto de alborada de Sus Más excelentes nombres y la aurora de Sus más exaltados atributos. Mediante Él ha brillado la luz de la unidad sobre el horizonte del mundo, y la ley de la unicidad ha sido revelada entre las naciones las que, con rostros radiantes, se han vuelto hacia el Horizonte Supremo, y han reconocido aquello que la lengua de la Prolación ha dicho en el Reino de Su conocimiento: "¡Tierra y cielo, gloria y dominio son de Dios, el Omnipotente, el Todopoderoso, el Señor de abundante gracia!"

Con corazones llenos de júbilo y gratitud atestiguamos la abundancia de la Misericordia de Dios, de la perfección de Su justicia y del cumplimiento de Su Antigua Promesa.

Bahá'u'lláh, el Revelador de la Palabra de Dios en este Día, la Fuente de Autoridad, el Manantial de Justicia, el Creador de un nuevo Orden Mundial, el Establecedor de la Más Grande Paz, el Inspirador y Fundador de una civilización mundial, el juez, el Legislador, el Unificador y Redentor de toda la humanidad, ha proclamado el advenimiento del Reino de Dios sobre la tierra, ha formulado sus leyes y ordenanzas, ha enunciando sus principios y ha establecido sus instituciones. Con la finalidad de dirigir y canalizar las fuerzas liberadas por Su Revelación, Él instituyó Su Convenio, cuyo poder ha preservado la integridad de Su Fe, ha mantenido su unidad y ha estimulado la expansión mundial de ella en el curso de los ministerios sucesivos de 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi. Sigue cumpliendo su propósito vivificador mediante la acción de la Casa Universal de Justicia cuyo objetivo fundamental, como uno de los sucesores gemelos de Bahá'u'lláh y 'Abdu'l-Bahá, es asegurar la continuidad de esa autoridad divinamente señalada que fluye de la fuente de la Fe, de salvaguardar la unidad de sus seguidores y de mantener la integridad y flexibilidad de sus enseñanzas.

"El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y Su Religión", declara Bahá'u'lláh, "es salvaguardar los intereses y promover la unidad de la raza humana, y de estimular el espíritu de amor y compañerismo entre los hombres. No permitáis que llegue a ser fuente de disensiones y discordia, de odio y enemistad. Este es el recto Sendero, el cimiento fijo e inamovible. Cualquier cosa que se edifique sobre estos cimientos, jamás podrá ser socavada su firmeza por los cambios y azares del mundo, ni tampoco será minada su estructura por la revolución de incontables centurias."

"Todos deben volverse hacia el Libro Más Sagrado", declara 'Abdu'l-Bahá en Su Voluntad y Testamento, "y todo lo que no esté anotado expresamente en él debe ser referido a la Casa Universal de Justicia."

La procedencia, la autoridad, los deberes, la esfera de acción de la Casa Universal de Justicia derivan todas de la Palabra revelada de Bahá'u'lláh la que, junto con las interpretaciones y exposiciones del Centro del Convenio y del Guardián de la Causa -quien, después de 'Abdu'l-Bahá, es la única autoridad en la interpretación de las Escrituras Bahá'ís- constituyen los términos de referencia obligatorios de la Casa Universal de Justicia y son el lecho de roca de sus cimientos. La autoridad de estos Textos es absoluta e inmutable hasta el momento en que Dios Todopoderoso revele Su nueva Manifestación, a Quien pertenecerá toda autoridad y poder.

Al no haber sucesor de Shoghi Effendi como Guardián de la Causa de Dios, la Casa Universal de Justicia es la Cabeza de la Fe y su institución suprema a la que todos deben volverse, y sobre ella descansa la responsabilidad final de asegurar la unidad y el progreso de la Causa de Dios. Además, sobre ella recaen los deberes de dirigir y coordinar la labor de las Manos de la Causa, de asegurar que se continúen cumpliendo las funciones de protección y propagación depositadas en aquella institución, y de proveer para la recolección y desembolso del Huqúqu'lláh.

Entre los poderes y deberes con que ha sido investida la Casa Universal de Justicia se encuentran:

Asegurar la preservación de los Textos Sagrados y salvaguardar su inviolabilidad; analizar, clasificar y coordinar las Escrituras; y defender y proteger la Causa de Dios y emanciparla de los grillos de la reprensión y persecución;

Hacer progresar los intereses de la Fe de Dios; proclamar, propagar y enseñar su Mensaje; expandir y consolidar las instituciones de su Orden Administrativo; introducir el Orden Mundial de Bahá'u'lláh; promover el logro de aquellas cualidades espirituales que deberían caracterizar la vida Bahá'í individual y colectiva; hacer lo más que pueda para lograr cordialidad y urbanidad entre las naciones y por lograr la paz universal; y fomentar aquello que conduzca a la educación e iluminación de las almas de los hombres y el adelanto y mejoramiento del mundo;

Estatuir leyes y ordenanzas no anotadas expresamente en los Textos Sagrados; abrogar, de acuerdo con los cambios y requerimientos de cada época, sus propias disposiciones; deliberar y decidir sobre todos los problemas que han causado diferencias; elucidar cuestiones que son oscuras; salvaguardar los derechos personales, la libertad y la iniciativa de los individuos; y prestar atención a la preservación del honor humano, el desarrollo de los países y a la estabilidad de los estados;

Promulgar y aplicar las leyes y principios de la Fe; salvaguardar y hacer cumplir aquella rectitud de conducta que ordena la Ley de Dios; resguardar y desarrollar el Centro Espiritual y Administrativo de la Fe Bahá'í, establecido en forma permanente en las ciudades gemelas de 'Akká y Haifa; administrar los asuntos de la comunidad Bahá'í a través del mundo; guiar, organizar, coordinar y unificar sus actividades; fundar instituciones; ser responsable de asegurar que ningún cuerpo o institución dentro de la Causa abuse de sus privilegios o se debilite en el ejercicio de sus derechos y prerrogativas; y proveer para la recepción, distribución, administración y salvaguarda de los fondos, dotaciones y otras propiedades encomendadas a su cuidado;

Disponer en disputas dentro de su jurisdicción; dictar juicio en casos de violación de las leyes de la Fe y pronunciar sanciones por tales violaciones; proveer para el cumplimiento de sus decisiones; proveer para el arbitraje y solución de disputas que se produzcan entre pueblos; y ser el expositor y guardián de aquella justicia Divina que es la única que puede garantizar la seguridad y establecer el reinado de la ley y del orden en el mundo.

Los miembros de la Casa Universal de Justicia, designados por Bahá'u'lláh como "los Hombres de Justicia", "la gente de Bahá que ha sido mencionada en el Libro de los Nombres", "los Fideicomisarios de Dios entre Sus siervos y las auroras de autoridad en Sus países", en el desempeño de sus responsabilidades, tendrán siempre presente las siguientes normas expuestas por Shoghi Effendi, el Guardián de la Causa de Dios:

"En la conducción de los asuntos administrativos de la Fe, en la promulgación de la legislación necesaria para suplementar las leyes del Kitáb-i-Aqdas, los miembros de la Casa Universal de Justicia, es necesario tenerlo en mente, no son, como implican claramente las palabras de Bahá'u'lláh, responsables ante aquellos a quienes representan, ni tampoco les está permitido ser gobernados por los sentimientos, la opinión generalizada, e incluso las convicciones de la masa de los fieles, o de aquellos quienes los eligen directamente. Ellos deben seguir, en actitud de oración, los dictados e incitaciones de sus conciencias. Pueden, aún más, deben, familiarizarse con las convicciones prevalecientes entre la comunidad, deben pesar en sus mentes, sin apasionamiento, los méritos de cualquier caso sometido a su consideración, pero deben reservar para sí el derecho a una decisión sin compromisos. 'En verdad, Dios les inspirará con aquello que sea Su voluntad', es la afirmación incontrovertible de Bahá'u'lláh. Ellos, y no el cuerpo de aquellos que los eligen ya sea en forma directa o indirecta, han sido hechos los recipientes de guía divina que es a la vez la sangre vital y la salvaguarda final de esta Revelación."

La Casa Universal de Justicia fue elegida por primera vez el primer día del Festival de Ridván en el ciento vigésimo año de la Era bahá'í (1), cuando los miembros de las Asambleas Nacionales, en conformidad con lo estipulado en la Voluntad y Testamento de 'Abdu'l-Bahá, y en respuesta al llamado de las Manos de la Causa de Dios, los Mayordomos Principales de la Mancomunidad Mundial embrionaria de Bahá'u'lláh, dieron el ser a esta "gloria coronadora" de las instituciones administrativas de Bahá'u'lláh, el verdadero "núcleo y precursor" de Su Orden Mundial. Ahora, por lo tanto, en obediencia al Mandato de Dios y confiando por entero en ÉI, nosotros, los miembros de la Casa Universal de Justicia, ponemos nuestras manos y su sello a esta Declaración de Fideicomiso la que, junto con los estatutos anexados, forman la Constitución de la Casa Universal de Justicia.

Hugh E. Chance
Hushmand Fatheazam
Amoz E. Gibson
David Hofman
H. Borrah Kavelin
Alí Nakhjavani
David S. Ruhe
Ian C. Semple
Charles Wolcott

Firmado en la ciudad de Haifa el cuarto día del mes de Qawl en el ciento vigésimo noveno año de la Era Bahá'í, que corresponde al vigésimo sexto día del mes de noviembre del año 1972 según el calendario Gregoriano.

(Se adjunta archivo gráfico [firmas.jpg] con las firmas y el sello).

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PREÁMBULO

La Casa Universal de Justicia es la institución suprema de un Orden Administrativo cuyas características sobresalientes, cuya autoridad y cuyos principios de acción están claramente enunciados en las Sagradas Escrituras de la Fe Bahá'í y de sus interpretaciones autorizadas. Este Orden Administrativo consiste, por una parte, en una serie de consejos elegidos, a nivel universal, secundario y local, investidos con poderes legislativos, ejecutivos y judiciales sobre la comunidad Bahá'í y, por otra, de creyentes eminentes y devotos nombrados para fines específicos de protección y propagación de la Fe de Bahá'u'lláh bajo guía de la Cabeza de la Fe.

Este Orden Administrativo es el núcleo y modelo del Orden Mundial delineado por Bahá'u'lláh. En el curso de su crecimiento orgánico divinamente propulsado, sus instituciones se expandirán, dando origen a ramas auxiliares v desarrollando agencias subordinadas, multiplicando sus actividades y diversificando sus funciones, en consonancia con los principios y propósitos revelados por Bahá'u'lláh para el progreso de la raza humana.

I. CALIDAD DE MIEMBRO DE LA COMUNIDAD BAHÁ'Í

La comunidad Bahá'í estará constituida por todas las personas reconocidas por la Casa Universal de Justicia como poseedores de las calificaciones de fe y práctica Bahá'ís.

1. Con la finalidad de ser elegible, de votar y de ocupar cargo electivo, un Bahá'í debe haber cumplido veintiún años de edad.

2. Los derechos, privilegios y deberes de los Bahá'ís individuales están establecidos en las Escrituras de Bahá'u'lláh, 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi y según lo dispuesto por la Casa Universal de Justicia.

II. ASAMBLEAS ESPIRITUALES LOCALES

Cuando quiera que, en cualquier localidad, el número de Bahá'ís que allí residen y que han llegado a los veintiún años de edad, exceda a nueve, el Primer Día de Ridván ellos convocarán y elegirán un cuerpo administrativo local de nueve miembros que será conocido como la Asamblea Espiritual de los Bahá'ís de esa localidad. Todas las mencionadas Asambleas Espirituales serán elegidas anualmente, después de esto, cada siguiente Primer Día de Ridván. Los miembros mantendrán sus cargos por el término de un año o hasta que sean elegidos sus sucesores. No obstante, cuando el número de Bahá'ís como se ha dicho, en cualquier localidad, sea exactamente nueve, ellos se constituirán, el Primer Día de Ridván, como la Asamblea Espiritual Local por declaración conjunta.

1. Los poderes generales y deberes de una Asamblea Espiritual Local están establecidos en las Escrituras de Bahá'u'lláh, 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi y según lo dispuesto por la Casa Universal de Justicia.

2. Una Asamblea Espiritual Local ejercerá plena jurisdicción sobre todas las actividades Bahá'ís y asuntos dentro de su localidad, sujeto a las provisiones de la Constitución Bahá'í Local. (2)

3. El área de jurisdicción de una Asamblea Espiritual Local será decidida por la Asamblea Espiritual Nacional, en conformidad con el principio establecido para cada país por la Casa Universal de Justicia.

III. ASAMBLEAS ESPIRITUALES NACIONALES

Cuando quiera que la Casa Universal de Justicia decida formar en algún país o región una Asamblea Espiritual Nacional, los miembros con derecho a voto de la comunidad Bahá'í de ese país o región elegirán, en la forma y en el momento que decidirá la Casa Universal de Justicia, sus delegados para su Convención Nacional. A su vez, estos delegados elegirán, en la forma estipulada en la Constitución Nacional Bahá'í (3) un cuerpo de nueve miembros que será conocido como la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá'ís de dicho país o región. Los miembros continuarán en sus funciones por un año o hasta que sean elegidos sus sucesores.

1. Los poderes generales y deberes de una Asamblea Espiritual Nacional están establecidos en las Escrituras de 'Abdu'l-Bahá y Shoghi Effendi y según lo dispuesto por la Casa Universal de Justicia.

2. La Asamblea Espiritual Nacional tendrá jurisdicción exclusiva y autoridad sobre todas las actividades y asuntos de la Fe Bahá'í en toda su área. Se esforzará por estimular, unificar y coordinar las múltiples actividades de las Asambleas Espirituales Locales y de Bahá'ís individuales en su área y por todos los medios posibles les ayudará a promover la unidad de la humanidad. Además, representará a su comunidad nacional Bahá'í en relación con otras comunidades Bahá'ís nacionales y con la Casa Universal de Justicia.

3. El área de jurisdicción de una Asamblea Espiritual Nacional será definida por la Casa Universal de Justicia.

4. Las funciones principales de la Convención Nacional serán la consulta sobre actividades, planes y políticas Bahá'ís y la elección de los miembros de la Asamblea Espiritual Nacional, según lo establecido en la Constitución Nacional Bahá'í.

(a) Si en algún año la Asamblea Espiritual Nacional considera que es impracticable o no aconsejable llevar a efecto la Convención Nacional, dicha Asamblea proveerá medios y arbitrios con los cuales se pueden llevar a efecto la elección anual y los otros asuntos esenciales de la Convención.

(b) Las vacantes entre los miembros de la Asamblea Espiritual Nacional serán llenadas por un voto de los delegados que constituyen la Convención que eligió a la Asamblea, tomándose las balotas por correo o en cualquier otra forma resuelta por la Asamblea Espiritual Nacional.

IV. OBLIGACIONES DE LOS MIEMBROS DE LAS ASAMBLEAS ESPIRITUALES

Entre los deberes más sobresalientes y sagrados que incumben a aquellos quienes han sido llamados a iniciar, dirigir y coordinar los asuntos de la Causa de Dios como miembros de sus Asambleas Espirituales están: ganar por todos los medios en su poder la confianza y afecto de aquellos a quienes tienen el privilegio de servir; investigar y familiarizarse con las opiniones consideradas, los sentimientos prevalecientes y las convicciones personales de aquellos cuyo bienestar es su solemne obligación promover; depurar sus deliberaciones y la conducción general de sus asuntos de distanciamiento egoísta, de sospecha de secreto, de la atmósfera sofocante de imposición dictatorial y de toda palabra o acción que pueda dar sensación de parcialidad, egocentrismo y prejuicio; y mientras retienen el sagrado derecho de la decisión final en sus manos, invitar a la discusión, ventilar quejas, dar la bienvenida a consejo y fomentar el sentido de interdependencia y coparticipación, de comprensión y confianza mutua entre ellos y otros Bahá'ís.

V. LA CASA UNIVERSAL DE JUSTICIA

La Casa Universal de Justicia estará constituida por nueve hombres que han sido elegidos de entre la comunidad Bahá'í en la forma que a continuación se indica.

1. ELECCIÓN

Los miembros de, la Casa Universal de Justicia serán elegidos por voto secreto por los miembros de todas las Asambleas Espirituales Nacionales en una reunión que será conocida como la Convención Internacional Bahá'í.

(a) Se efectuará una elección de la Casa Universal de Justicia una vez cada cinco años, a no ser que la Casa Universal de Justicia lo disponga de otra manera, y los que sean elegidos continuarán en sus funciones hasta que sus sucesores sean elegidos y se haya efectuado en debida forma la primera reunión de estos sucesores.

(b) En cuanto reciba llamado a Convención cada Asamblea Espiritual Nacional someterá a la Casa Universal de Justicia una lista de los nombres de sus miembros. El reconocimiento y ubicación de los delegados a la Convención Internacional será privilegio de la Casa Universal de Justicia.

(e) Las funciones principales de la Convención Internacional serán elegir los miembros de la Casa Universal de Justicia, deliberar sobre los asuntos de la Causa Bahá'í en todo el mundo, y hacer recomendaciones y sugerencias para ser consideradas por la Casa Universal de Justicia.

(d) Las sesiones de la Convención Internacional serán llevadas de la manera como sea decidido, de tiempo en tiempo, por la Casa Universal de Justicia.

(e) La Casa Universal de Justicia proveerá un procedimiento mediante el cual, aquellos delegados que están imposibilitados de estar presentes, en persona, en la Convención Internacional, emitirán sus balotas para la elección de los miembros de la Casa Universal de Justicia.

(f) Si en el tiempo de una elección la Casa Universal de Justicia considere que es impracticable o no aconsejable efectuar la Convención Internacional, determinará en qué forma hará la elección.

(g) El día de la elección las balotas de todos los votantes serán escrutadas y contadas y el resultado será certificado por escrutadores nombrados en conformidad con las instrucciones de la Casa Universal de Justicia.

(h) Si un miembro de una Asamblea Espiritual Nacional que ha votado por correo deja de ser miembro de dicha Asamblea Espiritual Nacional entre el momento de emitir su balota y la fecha del recuento de las balotas, su balota seguirá siendo no obstante válida a no ser que, en el intervalo, haya sido elegido su sucesor y la balota de dicho sucesor haya sido recibida por los escrutadores.

(i) En caso que por un empate de voto o votos no se determine el número total de los miembros de la Casa Universal de Justicia en la primera votación, entonces se hará una o más votaciones adicionales entre las personas empatadas hasta que sean elegidos todos los miembros. Los electores, en caso de votación adicional, serán los miembros de Asambleas Espirituales Nacionales que estén en funciones en el momento en que se efectúe cada votación subsecuente.

2. VAVANTES DE MIEMBROS

Una vacante entre los miembros de la Casa Universal de Justicia se producirá por fallecimiento de un miembro o en los siguientes casos:

(a) Si algún miembro de la Casa Universal de Justicia cometiese un pecado nocivo al bienestar general, puede ser destituido en su calidad de miembro por la Casa Universal de Justicia.

(b) La Casa Universal de Justicia puede, a su discreción, declarar una vacante con respecto a cualquier miembro que, a su juicio, está imposibilitado de cumplir las funciones como tal.

(e) Un miembro puede renunciar a su condición como tal de la Casa Universal de Justicia únicamente con la aprobación de la Casa Universal de Justicia.

3. ELECCIÓN PARCIAL

En caso de vacante de un miembro de la Casa Universal de Justicia, la Casa Universal de Justicia convocará a una elección parcial en la fecha más próxima posible a no ser que tal fecha, a juicio de la Casa Universal de Justicia, caiga demasiado cerca de la fecha de una elección regular de la totalidad de los miembros, en cuyo caso la Casa Universal de Justicia, a su discreción, puede diferir el llenar la vacante hasta la fecha de la elección regular. Si se lleva a efecto una elección parcial, los electores serán los miembros de las Asambleas Espirituales Nacionales que estén en funciones en el momento de la elección parcial.

4. REUNIONES

(a) Después de la elección de la Casa Universal de Justicia la primera reunión será convocada por el miembro elegido por el más alto número de votos o, en su ausencia u otro impedimento, por el miembro electo por la segunda mayoría de votos o, en caso que dos o más miembros hayan recibido la misma mayoría de votos, entonces será el miembro seleccionado por sorteo entre dichos miembros. Las reuniones subsecuentes serán convocadas en la forma que decida la Casa Universal de Justicia.

(b) La Casa Universal de Justicia no tiene oficiales. Proveerá para la conducción de sus reuniones y organizará sus actividades en la forma que determinará de tiempo en tiempo.

(c) Los asuntos de la Casa Universal de Justicia serán llevados por la totalidad de sus miembros en consulta, excepto que la Casa Universal de Justicia puede disponer de tiempo en tiempo que haya quórum de menos de la totalidad de sus miembros para determinadas clases de asuntos.

5. FIRMA

La firma de la Casa Universal de Justicia serán las palabras "The Universal House of Justice" o en persa "Baytu'l-'Adl-i-A'zam" escritas a mano por cualquiera de sus miembros con autorización de la Casa Universal de Justicia, la que en cada caso será acompañada del sello de la Casa Universal de Justicia.

6. ACTAS

La Casa Universal de Justicia proveerá para el registro y verificación de sus decisiones en la forma que, de tiempo en tiempo, estime necesario.

VI. ELECCIONES BAHÁ'ÍS

Con la finalidad de preservar el carácter y propósito espirituales de las elecciones Bahá'ís se evitarán las prácticas de nominación o propaganda electoral, o cualquier otro procedimiento o actividad perjudicial para dicho carácter y propósito. Durante la elección prevalecerá una atmósfera silenciosa y de oración para que cada elector pueda votar únicamente por aquellos a quienes la oración y la reflexión le han inspirado a apoyar.

1. Toda elección Bahá'í, salvo las elecciones de oficiales de Asambleas Espirituales Locales y Nacionales y de comités, será por pluralidad de voto en balota secreta.

2. La elección de oficiales de una Asamblea Espiritual o comité será por voto de la mayoría de la Asamblea o comité obtenido por balota secreta.

3. En caso que por un empate de voto o votos la totalidad de los miembros de un cuerpo elegido no sea decidido en la primera votación, entonces se tomarán una o más votaciones adicionales sobre las personas empatadas hasta que se haya elegido la totalidad de los miembros.

4. Los deberes y derechos de un elector Bahá'í no pueden ser cedidos y tampoco pueden ser ejercidos por apoderado.

VII. DERECHO DE REVISIÓN

La Casa Universal de Justicia tiene derecho a revisar cualquier decisión o acción de cualquier Asamblea Espiritual Nacional o Local, y de aprobar, modificar o revocar dicha decisión o acción. La Casa Universal de Justicia también tiene derecho a intervenir en cualquier asunto en el que una Asamblea Espiritual esta fracasando en tomar acción o de llegar a una decisión y, según lo estime, requerir que se tome acción, o tome ella misma acción directamente en el asunto.

VIII. APELACIONES

El derecho de apelación existe y será ejercido en las circunstancias y según los procedimientos que a continuación se indican:

1. (a) Cualquier miembro de una comunidad Bahá'í local puede apelar una decisión de su Asamblea Espiritual Local a la Asamblea Espiritual Nacional la que determinará si asumirá jurisdicción del asunto o si lo referirá a la Asamblea Espiritual Local para su reconsideración. Si dicha apelación se refiere a la condición de miembro de una persona en la comunidad Bahá'í, la Asamblea Espiritual Nacional está obligada a asumir jurisdicción y resolver el caso.

(b) Cualquier Bahá'í puede apelar una decisión de su Asamblea Espiritual Nacional ante la Casa Universal de Justicia la que determinará si tomará jurisdicción en el asunto o si lo dejará dentro de la jurisdicción final de la Asamblea Espiritual Nacional.

(c) Si se producen diferencias entre dos o más Asambleas Espirituales Locales y si estas Asambleas no las pueden resolver, una cualquiera de tales Asambleas puede llevar el asunto a la Asamblea Espiritual Nacional la que de inmediato tomará jurisdicción sobre el asunto. Si la decisión de la Asamblea Espiritual Nacional sobre el punto no es satisfactoria para alguna de las Asambleas involucradas, o si una Asamblea Espiritual Local tiene alguna vez motivos para creer que acciones de su Asamblea Espiritual Nacional tienen un efecto adverso sobre el bienestar y unidad de la comunidad de dicha Asamblea Local, en cualquier caso, después de tratar de arreglar sus diferencias de opinión con la Asamblea Espiritual Nacional, tendrá el derecho de apelar ante la Casa Universal de Justicia, la que determinará si tomará jurisdicción sobre el asunto o si lo dejará dentro de la jurisdicción final de la Asamblea Espiritual Nacional.

2. Un apelante, ya sea institución o individuo, apelará en primera instancia ante la Asamblea cuya decisión es cuestionada, ya sea para reconsideración del caso por dicha Asamblea o para que sea sometida a un cuerpo más elevado. En este último caso la Asamblea está obligada a someter la apelación junto con todos los detalles del asunto. Si una Asamblea rehusa someter la apelación, o deja de hacerlo dentro de un lapso razonable de tiempo, el apelante puede llevar el caso directamente a la autoridad más elevada.

IX. EL CUERPO DE LOS CONSEJEROS.

La institución de los Cuerpos de Consejeros fue creada por la Casa Universal de Justicia para prolongar hacia el futuro las funciones específicas de protección y propagación conferidas sobre las Manos de la Causa de Dios. Los miembros de estos cuerpos son nombrados por la Casa Universal de Justicia.

1. El período de funciones de un Consejero, el número de Consejeros de cada Cuerpo, y los límites de la zona en que cada Cuerpo de Consejeros ha de operar, serán decididos por la Casa Universal de Justicia.

2. Un Consejero funciona como tal únicamente dentro del área que le corresponde y si traslada su residencia fuera de la zona para la que ha sido nombrado, abandona automáticamente su nombramiento.

3. El rango y deberes específicos de un Consejero hacen que no sea elegible para servicio en cuerpos administrativos locales o nacionales. Si es elegido para la Casa Universal de Justicia deja de ser Consejero.

X. LOS CUERPOS AUXILIARES.

En cada zona habrá dos Cuerpos Auxiliares, uno para la protección y otro para la propagación de la Fe, el número de cuyos miembros será establecido por la Casa Universal de justicia. Los miembros de estos Cuerpos Auxiliares servirán bajo la dirección del Cuerpo Continental de Consejeros y actuarán como sus representantes, asistentes y consejeros.

1. Los miembros de los Cuerpos Auxiliares serán nombrados de entre los creyentes de esa zona por el Cuerpo Continental de Consejeros.

2. Cada miembro del Cuerpo Auxiliar recibirá un área específica en la que servirá y, a no ser que sea comisionado para ello por los Consejeros, no funcionará como miembro de Cuerpo Auxiliar fuera de esa área.

3. Un miembro del Cuerpo Auxiliar es elegible para cualquier cargo electivo, pero si es elegido a un cargo administrativo en un nivel nacional o local debe decidir si seguirá como miembro del Cuerpo o si aceptará el cargo administrativo, ya que no puede servir en ambas funciones al mismo tiempo. Si es elegido para la Casa Universal de Justicia deja de ser miembro del Cuerpo Auxiliar.

XI. ENMIENDAS

Esta Constitución puede ser enmendada por decisión de la Casa Universal de Justicia cuando estén presentes todos sus miembros.

Notas:
(1) Veintiuno de abril de 1963 d.C.
(2) Estatutos de una Asamblea Espiritual Local.

(3) Declaración de Fideicomiso y Estatutos de una Asamblea Espiritual Nacional.

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